Juan Andrés Galaz
24-11-2025
En medio de una crisis hídrica cada vez más severa, Chile enfrenta una disminución sostenida de las precipitaciones que alcanza entre 20% y 40% en la costa norte y central. Ante este escenario, la búsqueda de fuentes alternativas de agua se vuelve urgente, y uno de los recursos que toma fuerza para abastecer a comunidades rurales sin acceso a la red pública es el agua de niebla.
Pese a experiencias exitosas a pequeña escala —y a la existencia de técnicas de captación desde tiempos precolombinos— su uso masivo sigue estancado debido a un vacío legal. El Código de Aguas chileno, al igual que la mayoría de las normativas internacionales, no reconoce explícitamente este recurso, lo que impide escalar su explotación más allá de proyectos piloto.
Para enfrentar esta brecha, un equipo interdisciplinario de la Pontificia Universidad Católica de Chile, integrado por especialistas del Centro UC Desierto de Atacama y el Centro de Derecho y Gestión de Aguas, presentó un marco regulatorio integral para incorporar el agua de niebla a la legislación vigente. La propuesta, publicada en 2024 en el International Journal of Water Resources Development, analiza los desafíos jurídicos y de gobernanza que limitan su uso.
El modelo sugiere diferenciar su estatus legal: mientras la niebla está suspendida en el aire sería considerada un bien común; pero al entrar en contacto con una superficie, pasaría a ser un bien nacional de uso público, siguiendo criterios similares a los aplicados al agua lluvia. Este enfoque busca entregar mayor claridad sobre su titularidad, captación y uso.
Integrar formalmente el agua de niebla en la normativa permitiría establecer derechos de aprovechamiento y facilitar la expansión de infraestructuras como los atrapanieblas. El estudio propone que tanto particulares como servicios sanitarios rurales puedan recolectarla, garantizando abastecimiento seguro y sostenible para comunidades costeras.
El marco regulatorio también plantea incluir este recurso en los planes estratégicos de gestión hídrica y en el ordenamiento territorial, en coherencia con la Ley Marco de Cambio Climático. Esto es fundamental para los cerca de 1.500 kilómetros de costa donde numerosas familias viven sin acceso estable a agua potable.
Según los expertos, el éxito de su implementación dependerá de la participación comunitaria, del financiamiento adecuado y de su inclusión explícita en las políticas nacionales de agua. Regular el agua de niebla, aseguran, permitiría avanzar hacia una gestión hídrica más resiliente e innovadora en respuesta al cambio climático.
Los investigadores destacan que esta es la primera propuesta sistemática y detallada para regular el agua de niebla en Chile, un avance que podría convertirse en referente internacional para el desarrollo de recursos hídricos no convencionales.