SimRapel avanza para definir la nueva gobernanza de la gestión de los recursos hídricos de la cuenca Rapel
21 January 2019

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La fundación CSIRO Chile presentó esta semana el segundo taller del proyecto “SimRapel: Modelación Participativa para la Gobernanza del Agua”, que busca mejorar la toma de decisiones informadas en la gestión hídrica de la cuenca de Rapel.
SimRapel es la segunda etapa de este proyecto financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC), basado en experiencia de esta Fundación relacionada con la experiencia australiana después de enfrentar 15 años de sequía.
La propuesta desarrolla un riguroso proceso de participación transparente de todos los actores y busca identificar un modelo de gobernanza para mejorar la gestión del agua en la Región.
Edmundo Claro, director del Programa de Investigación de Tierra y Agua de CSIRO Chile, explicó que están en la etapa preliminar de identificar las relaciones de los actores. Y, que esperan “empezar luego con el análisis de distintas alternativas de gobernanza tomando las distintas experiencias nacionales e internacionales” para ver qué modelo se podría aplicar mejor en el caso local.
Buenas reformas
Una de las dificultades tradicionales de la legislación chilena es la multiplicidad de actores implicados en la gestión del agua. En este sentido, Claro es optimista con respecto de esa dificultad. Csiro considera que no se debe esperar que se solucione desde el punto de vista legal para hacer este trabajo.
“Tenemos harta esperanza en las últimas indicaciones que el ministerio de Obras Públicas espera hacer al Código de Aguas”, que facilitarán fuertemente la idea de hacer una gestión integrada de los recursos hídricos a nivel de cuenca. El director de SimRapel explica que están contentos, “porque desde hace bastante tiempo que no estaban mezclando tan bien los intereses de los usuarios y de las autoridades”.
La gestión colaborativa
Uno de los principales actores de esta iniciativa es la Federación de Juntas de Vigilancia de la VI Región, cuya gerente, Graciela Correa, recuerda el origen de este proyecto. “Nos interesó desde hace tres años tomar contacto con Csiro para replicar la metodología que hizo Australia para transformar la gestión de sus recursos hídricos después de 15 años de sequía”.
La organización trabajó ya con SCIRO una primera etapa, que Correa considera profundamente exitosa para las aspiraciones de la Federación, como representantes de usuarios, y de organizaciones de usuarios. En esa etapa “definimos una visión de mediano y largo plazo de cómo veíamos y sentíamos la cuenca y la región de los recursos hídricos, y como detectábamos actores relevantes de la región y así iniciamos con ellos un trabajo en conjunto”.
A la Federación le interesa el modelo participativo que propone la Fundación ligada al gobierno australiano: “Nos interesa una gestión colaborativa, nos interesa conocer y relacionarnos con todos los actores de la cuenca, pero también su peso específico a partir de la visión que se definió en conjunto”.
El mérito que satisface a todos los actores de SimRapel es que todo se ha realizado en conjunto y han participado todos los que han querido participar. No es un producto exclusivo de las Juntas de Vigilancia, ni de los panelistas, ni de los agricultores, como se ha querido confundir muchas veces a las organizaciones de usuarios de aguas, “sino que es una visión que fue englobada, elaborada por todos los actores interesados en esta gestión”, reflexiona Graciela Correa.
A la Federación le interesa la continuidad de este proyecto y confía “que haya un tercero y un cuarto proyectos porque es un trabajo que no termina”.
Al ritmo del Cambio Climático
Esta nueva etapa tiene desafíos importantes. Uno, un poco ajeno a los objetivos del proyecto y que apunta a tomar las mejores decisiones frente al cambio climático, es la gestión pública y la gestión privada, en particular sobre infraestructura.
Para Correa, “en esa ruta, dado que necesitamos del Estado, dado que necesitamos hacer muy buenas propuestas para acceder a pocos financiamientos y a un ritmo muy lento, hay un desafío enorme que es muy difícil pensar hoy cómo se va a resolver, porque el país no está preparado para ir al ritmo que el Cambio Climático está exigiendo”.
Por otro lado, al nivel de este proyecto, mientras mejor logre hacer congeniar SimRapel a los organismos que participan en la gestión de los recursos hídricos “que debieran colaborar desde sus miradas, desde su experiencia, desde su conocimiento y desde su capacidad de financiar incluso, para trabajar asociativamente y colaborativamente para que los elementos de la visión que tenemos como región, los podamos cumplir en el menor tiempo posible, razona Graciela Correa.